Su situación económica era cada vez más complicada y los bancos que contactó le cerraron las puertas en la cara, pero un día encontró en internet ese negocio, que como caído del cielo prometía solucionar todos sus problemas. Le exigieron unos pocos documentos, todo fue muy rápido, las condiciones del préstamo eran muy favorables y por cuestiones de trámites o garantías le solicitaron un dinero, que usted dio, por supuesto, pues la recompensa iba a ser mucho mayor. Apenas entregó el monto exigido, la dicha se acabó porque nunca más volvió a saber de la entidad, tampoco de su dinero y mucho menos del crédito que le ofrecieron.

La anterior historia no es de ficción, de hecho ocurre con mucha frecuencia en la vida real, personas mal intencionadas se aprovechan del desconocimiento y la necesidad de otros, se hacen pasar por entidades vigiladas por la Superintendencia Financiera para ofrecer créditos que nunca son desembolsados y robarse el dinero de los demás. Por este motivo es muy importante ser muy cautelosos y revisar que las entidades (o personas) que ofrecen servicios financieros no sean fraudulentos. 

Consulte si esa entidad es legal ante la Superintendencia Financiera de Colombia 

Por medio de la página web de la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC), se puede consultar si una entidad financiera está sometida a su inspección y control. Al estar bajo aquella vigilancia, la SFC se compromete a asegurar buenas prácticas, calidad, solvencia y ética por parte de las entidades financieras. 

Es muy sencillo, en el sitio web debe ingresar a Inicio, hacer click en Industrias supervisadas y después en Entidades vigiladas por la Superintendencia Financiera de Colombia. Ahí encontrará una lista en formato Excel y PDF, si la entidad que le ofreció el préstamo o que usted contactó aparece allí es vigilada, si no es así, quiere decir que la entidad NO es vigilada por la SFC y entonces nadie le garantiza que le van a cumplir lo prometido ni le van a responder por su dinero.

Si la supuesta firma dice que no es una entidad financiera y que por esa razón no aparece en el listado, porque opera como una organización solidaria, eso también lo puede comprobar ingresando al sitio web de la Superintendencia de la Economía Solidaria (Supersolidaria) en los Datos Abiertos que ofrece la entidad.

Características de instituciones fraudulentas

  1. Aseguran estar vigiladas por la SFC o Supersolidaria: así no aparezcan en la Lista General ni en los Datos Abiertos. En algunos casos emplean nombres similares a las entidades que sí están bajo la inspección, vigilancia y control de la Superintendencia Financiera o de la Superintendencia de la Economía Solidaria para atraer más fácil a los usuarios.
  2. Le exigen dinero como condición para entregar los supuestos créditos: argumentan que esos recursos son para la compra de seguros, se utilizarán para realizar el estudio de crédito o funcionan como algún tipo de garantía. Recuerde que ninguna entidad seria le va a pedir dinero en forma de adelanto para otorgarle el préstamo.
  3. Las condiciones que ofrecen son exageradamente buenas: las tasas son muy bajas, casi nulas (recuerde que el interés es la ganancia de la entidad, si no hay ¿por qué habrían de prestarle el dinero?), o el valor del crédito aprobado es muy alto, más de lo que usted necesita, pidió, puede pagar y cualquier entidad verdaderamente le prestaría.
  4. Prometen no revisar su historial crediticio: cualquier empresa que preste dinero querrá saber qué tan cumplido es la persona con el pago de sus deudas, antes de entregarle el dinero, si no les interesa, probablemente nunca le van a dar los recursos.
  5. Garantizan el crédito: desde antes de iniciar la operación y le aseguran que las posibilidades de obtener el crédito son del 100%. Esto en realidad no ocurre, siempre existe una probabilidad de que le nieguen el crédito.

Recomendaciones  antes de realizar transacciones financieras con una entidad

  1. Verifique si se trata de entidades financieras vigiladas por la SFC u organizaciones solidarias vigiladas por la Supersolidaria, según sea el caso.
  2. No entregue, deposite, consigne, gire o transfiera dinero como requisito para que le desembolsen un crédito.
  3. Ante la duda evite continuar con la operación. Muchas veces es mejor no continuar, pues una oferta muy buena puede ser sinónimo de ilegalidad o puede conllevar a un riesgo de pérdida. 

Siempre es bueno desconfiar de alternativas que parecen extraordinarias a la hora de prestarle dinero, así la urgencia sea mucha o la falta de recursos ya no dé espera, el consejo siempre será hacer tratos financieros con entidades confiables, donde su dinero esté a salvo, que estén vigiladas por dependencias de control, y así, evitarse dolores de cabeza con entidades donde no va a recibir el préstamo que pidió, sino que va a terminar con menos dinero que antes de realizar la solicitud.

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