Algunas personas corren con la suerte de salir de un trabajo e ingresar inmediatamente a un nuevo empleo, a veces con mejores condiciones que antes, pero mucho otros pasan un tiempo, otros un buen tiempo, sin conseguir una nueva oportunidad laboral, no sabemos cuál sea su caso, y, precisamente, ante la incertidumbre es mejor estar preparado.

No importa cuánto tiempo trabajó en la empresa, si toda una vida o pocos meses, igual tiene derecho a la liquidación (entre más tiempo trabajado mayor será el valor por recibir), pero depende de usted y de una correcta administración aprovecharla, cumplir con sus obligaciones y sanar sus necesidades básicas mientras llega una nueva oportunidad.

En Saber más Ser más le damos algunas recomendaciones para que estire ese dinero y se pueda concentrar en su futuro laboral sin padecer tanto por su futuro financiero.

 

1.¿Agua, luz, mercado? Sí. ¿Películas ilimitadas? Depende.

Será indispensable separar y asegurar el dinero para pagar los servicios públicos (agua, luz, gas, internet), el arriendo, si tienes hijos, su colegio, y el mercado, de al menos dos meses. Más tiempo con el pago garantizado significa menos angustias.

En cuanto a servicios, si no es indispensable considere su uso, por ejemplo, si tiene cable en su televisión, pero ve más películas en plataformas, suspenda el cable, o viceversa. En el caso del mercado, priorice, no dé tantas vueltas por el supermercado (como tal vez hacía antes) y compre lo realmente necesario.

 

2. ¿Pagar deudas? Sí. ¿Todas? Depende.

 Lo peor que puede hacer es huir de sus obligaciones financieras, así la situación sea difícil, lo mejor es desde antes de tener el dinero organizarse y ver cuánto y a quién le debe. Claro que pagar absolutamente todo y quedar sin una deuda es lo recomendable, pero en este caso puede que el dinero le alcance pero quede en ceros, le toque volver a endeudarse y ahora no tiene un ingreso fijo con el que pueda responder.  

Por eso debe priorizar las deudas, pagar las que más pueda, si es posible pagar de forma anticipada algunas cuotas (para estar tranquilo por unos meses) y si no, negociar con su entidad previamente para no afectar su historial crediticio.

 

3. ¿Ahorrar? Sí. ¿En la casa? Depende.

La transición entre un empleo y otro es una ocasión predilecta para valorar ese ahorro que se hizo con juicio. Si lo tiene (y si no lo tiene con mayor razón) es clave destinar un porcentaje de la liquidación como ahorro, no tiene que ser mucho dinero necesariamente, pero piense que es con lo que va a contar cuando el dinero de la liquidación se haya agotado.

Si es de las personas que no puede tener mucho dinero con usted porque le da por darse un gustico o dos o tres, lo conveniente es tenerlo en un lugar seguro y alejado (una entidad financiera) y dejar en su bolsillo solo el valor que necesita para cumplir con sus obligaciones.

 

4. ¿Mantener vida social? Sí. ¿Gastar/prestar? Depende.

 Tenga en cuenta que cualquier salida implica un gasto, la idea no es que se aleje de su círculo cercano, ni mucho menos, pero sería bueno evitarlas, como cualquier otro gasto no indispensable, pero, si lo encuentra necesario, hágalo con cierta austeridad y pensando en los gastos futuros que se le vienen.

Como tendrá amigos o familiares que lo invitarán a salir, también tendrá uno u otro que le pedirá dinero prestado, (en ciertos casos) esto le puede generar una rentabilidad a corto plazo, pero puede terminar perdiendo el dinero y el amigo.

 

5. ¿Darse un gusto? Sí. ¿Qué todo se le vaya en gustos? Depende.

Sería injusto decirle que no se puede dar un gusto después de haber trabajado duro por tanto tiempo, pero no por eso debe confundirse, no es un bono o un reconocimiento extra por su labor, es la liquidación y debe pensarse como tal, el carro último modelo o el viaje a un lugar lejano deberían reconsiderarse.

Mejor sería si ese gusto es una inversión para el futuro, por ejemplo, un artículo o un vehículo que le permita obtener ingresos por un tiempo mientras vuelve a trabajar en su campo.

 

6. ¿Invertir? Sí. ¿Todo? Depende

En ningún momento queremos cortarle las alas en ese emprendimiento que soñó, pero es mejor no utilizar el 100% de su liquidación en este, porque el riesgo de no ver frutos pronto está latente y la posibilidad de no ver frutos nunca (aunque no queramos verla) existe. Si tiene la posibilidad de invertir un porcentaje de su liquidación lo ideal es hacerlo en varios frentes, que le permita no apostar todo a una misma ficha y diversificar el riesgo.

Sabemos que perdió su fuente principal de ingreso o tal vez la única que tenía, pero no es el fin del mundo y al menos cuenta con la liquidación, eso sí, y como ya se pudo dar cuenta, gestionarla conlleva una gran responsabilidad, implica hacer cuentas y analizar muy bien la situación, pues depende, en gran medida, de su correcta administración que el dinero le dure hasta que consiga algo nuevo.

 

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